En épocas electorales se acude de forma permanente a lo que
llaman
conciencia (en general no se acude a ella nunca) para fortalecer o
atacar la decisión de votar a favor o en contra de alguien. He tenido
un diálogo
con la mía y me ha advertido varias cosas y también, casi
que en secreto me ha
sugerido cual es el camino para lograr la
trasformación que se necesita. Este es
el diálogo:
Yo: ¿Quién
va a ganar las elecciones?
Mi conciencia: ¿La
máquina?
Yo -¿Cuál
máquina?
MC: La del
fango, que une lo que llaman maquinarias políticas, los medios y el poder
económico
Yo: -¿Qué
posibilidades tiene Petro de ganarle a la máquina del fango?
MC: -Ninguna
Yo ¿Y
entonces cual es la solución?
MC: Que
Petro y Fajardo lideren el voto en blanco y que desde esa movilización
ciudadana y libertaria se diseñe y construya, entre todos, una máquina de la
verdad.
Yo: Pero
eso es muy difícil
MC: No, si se
acepta la realidad, es decir la derrota y se asume que la ciudadanía libre
puede ganarle a la máquina del fango
Yo: Y
entonces que hace Petro?
MC: Participar en un liderazgo colectivo para producir el cambio de
máquina, si participa en la segunda vuelta y pierde, que es muy seguro,
legitima, fortalece la maquina
Yo: Pero
ningún político ha hecho eso
MC: Por eso
mismo el triunfo está garantizado, no se trata de subirse a la máquina, se
trata de que la ciudadanía sea la máquina.
Yo: mmmm es difícil escapar a mi conciencia.