Solo para entrar al
cielo o al infierno se hace una cola de
cuatro horas, bajo el más fuerte aguacero bogotano en muchos años. Nos
empapamos como signo de purificación, como rito para poder ver a los únicos
dioses que no han muerto después de 50 años y más, de hacer el mejor rock del
planeta. Los budistas, cristianos, musulmanes, deben estar tranquilos, no es
ofensa, no hablo de ese tipo de dioses
que nos salvarían del desastre, hablo de dioses que creamos para la diversión o,
si quieren, dioses hermanos de Dionisio, duendes perfeccionistas del sonido que
provocan un entusiasmo inmenso en lucha contra el aburrimiento. Acudo a la
frase creo que de Mae West para describirlos: cuando soy buena soy muy buena, cuando soy mala soy mejor. Así son
los Stones.
Aquella tarde en esa cola estábamos algunos que la edad nos había permitido vivir al mismo
tiempo la música y la cultura que se edificó con guitarras eléctricas desde los años 50 y habia también muchos
jóvenes que cantarían horas después todas las canciones, mostrando una vez más,
que la calidad no tiene límite en el tiempo. Que los Stones van hacia la perfección de esa
increíble fusión musical que los
identifica. La entrega fue total. De
ellos y de nosotros. El dialogo entre dioses y humanos fue armonioso. Allí estuvimos, entre
extraños, hablando de todo lo que sabíamos sobre rock. Todo lo que habíamos
vivido con la banda sonora de esta música, el rock, que le dio sentido al siglo XX y que entró en
Bogotá por allá al inicio de los años 60 y que aun hoy permanece intacta.
La música desplazó
cualquier decepción con la organización y pronto olvidamos de donde veníamos y
para dónde íbamos. Sabíamos eso sí que cada canción sería la mejor. Uno confía
en sus dioses y después de 50 años no sentí ningún tipo de vergüenza al entonar
el corito simple de mis you uuuuu hu hu
ju ju ju ju.
Delante de mí, una hermosa
joven, con un tatuaje de la lengua stoniana en la espalda me hizo pensar en Angie y que esta chica había sido la inspiracion anticipada para el
mismo Jagger y Keith cuando la vieron por alla a inicios de los 70. Debia esa joven bogotna llamarse Angela y bailaba y gritaba con solo veinte años lo que yo
gritaba con el mismo entusiasmo hace 50 años. I've been holding out so long,
I've been sleeping all alone, Lord I miss you , I've been hanging on the
pone, I've been sleeping all alone, I want to kiss you…
Yo hacía coro en
voz baja para no dejar de escucharlos. Susurraba
para no romper el encantamiento. Recuerdo hace un largo tiempo y no recuerdo
donde, que leí una respuesta de Jagger cuando un periodista, siempre tan
inteligente, le preguntó que en quien
pensaba cuando cantaba esa canción, que a quien extrañaba: a todas contesto y ahora que dicen que Jagger ha tenido en sus
brazos a cerca de cinco mil mujeres, extrañarlas a todas es justicia libertina.
La palabra libertino para hablar de estos
viejos trovadores es precisa. Habla de aquel que está emparentado con la
libertad como cómplice de la vida: En extremo durante la juventud y con prudencia en la vejes. ¿Acaso envejecen los dioses? No, ellos cantan hasta morir, invitan a
vivir, buscan y la verdad que lo logran, contagiar a la gente, a sus fieles, de
las ganas de disfrutar la vida con provocaciones como: You can
start me up, You can start me up I'll never stop,I've been running hot,You got
me just about to blow my top
La noche de la
rumba stoniana fue larga y de allí se desprende el mito y la
imagen libertina de todos los que en algún momento integraron la banda. La
muerte de Jones está todavía en la memoria. Su cuerpo flotando en una piscina es parte de esa historia y
también lo es el mar de especulaciones
sobre, si fue asesinato, suicidio o descuido. O las tres. Uno
se muere cuando quiere decían en aquella época los que compartieron la famosa
frase de: muere pronto así tu cadáver tendrá un buen aspecto. La leyenda dice
que tanto Mick como Keith, perdón por la confianza, se hicieron varias veces
transfusiones de sangre para erradicar de su cuerpo los rastros de la cocaína
consumida. Debió ser sangre de rock- eros la que les pasaron, no se entendería
de otra manera esa persistencia, esa calidad máxima de lo que hacen.
Sonó, como esperaba,
honky tonk woman y no deje de pensar en aquella mujer con quien tuve sexo por
primera vez. No sé exactamente porque vino a la memoria. No lo sé .Estoy seguro
que no fue en Menphis. Pero cante con todas las
fuerzas del mundo I met a gin soaked,
bar-room queen in Memphis, She tried to take me upstairs for a ride. She had to
heave me right across her shoulder 'Cause I just can't seem to drink you off my
mind. Era una
versión un poco más rápida que la original en donde el toque blues es más, como
decirlo: puro. Escuchando esto, de nuevo, mientras escribo este texto, siento
algo especial: todas las canciones fueron las mejores. Y todas las que tocaron esa noche
era la mejor versión de todas. No sé si me entienden: Los stones, como la
primavera, la sangre alteran. Y la alteraron.
Por eso cuando en
gesto de amistad, Juanes, se sube a hacerr coro, nos quedamos con la sensación de
que estaba en desamparo, tímido intentaba tocar
sin miedo al lado de Ronnie Wood
y Richards, dos inmensos guitarristas que miraban con respeto la imprudencia de
alguien que no alcanza a tener la escalera para subir al cielo. Me dio la
sensación que los Stones, le gritaban: tranquilo que tú puedes, pero no pudo. Sé
que es difícil pero hubo más de osadía que de talento, algo así como el
espontaneo en las plazas de toros.
Hubo mucha gente joven, no éramos como quieren algunos presentar, solo una tercera edad nostálgica. Sangre joven refrescó la noche y brincó, como el joven del lado izquierdo, no paraba y me empujaba como si estuviéramos haciendo pogo aquella forma de combate danza que dicen que inventó, Sid Vicius uno de los papas de punk: un atravesado. Me empujaba, el joven, como un desafío, como una invitación a la danza, pero no estaba yo en condiciones físicas de enfrentarme a un gladiador joven que sabía de memoria todas las canciones. ¿Están los Stones en el origen del Punk? No lo sé. Solo es sospecha.
Las cosas se conectan al azar como la vida
misma. Cuando en Londres se empezaban a abrir las tiendas punk en Kings Rd , Chelsea, yo
estaba allí, por suerte, todavía la gente
bailaba Street Fighting Man, El atravesado de Andrés Caicedo, stoniano prematuro, no el único, pero
si alguien que supo meterlos con acierto en la ficción. Otro caleño,
Sandro Romero ha sido alfabetizador sobre lo que son los Stones, su vida y
milagros. Con ambos compartí ese territorio de Cali, sin saberlo ni ellos, ni
yo, caminamos las mismas calles. Pero esa es otra historia.
Cantaroon You can't always
get what you want: No siempre puedes conseguir lo que quieres, no podían tocar todas sus canciones.
Nos invitaban a entenderlo. Por un rato pensé que tocarían, fool to cry o the
spider and the fly o tantas otras pero no sería posible. No podíamos encontrar
la satisfacción plena. Así nos lo había
enseñado. Y lo intente pero, acaso como dice la canción, ya no fumamos los
mismos cigarrillos.
Todos sabemos que el
título de este texto es la canción de Dylan, canción que el tiempo no deja
morir y que cae al grupo como un anillo al dedo. La versión que de esta canción
hacen los Stones es tan buena como la que hace Hendrix. Entre dioses solo
existe armonía y más bien, poca compasión sienten por el diablo.
Las canciones que
hacen parte de este texto y que pueden ser escuchadas mientras leen son:
https://youtu.be/XG5GOH2CO1k You can't always get what you
want
https://youtu.be/y3eXJxemMlo Start me up
https://youtu.be/lIvQWcdbeRI Simpathy for the devil
https://youtu.be/ArRWWAiDC2Y Miss you
https://youtu.be/mYJFehjm6hA Honky Tonk Woman
https://youtu.be/B9gKMPgUA-k El
atravesado AC