martes, 29 de marzo de 2016

Like a Rolling Stones El concierto Bogota 2016


Solo para entrar al cielo o al infierno  se hace una cola de cuatro horas, bajo el más fuerte aguacero bogotano en muchos años. Nos empapamos como signo de purificación, como rito para poder ver a los únicos dioses que no han muerto después de 50 años y más, de hacer el mejor rock del planeta. Los budistas, cristianos, musulmanes, deben estar tranquilos, no es ofensa,  no hablo de ese tipo de dioses que nos salvarían del desastre, hablo de dioses que creamos para la diversión o, si quieren, dioses hermanos de Dionisio, duendes perfeccionistas del sonido que provocan un entusiasmo inmenso en lucha contra el aburrimiento. Acudo a la frase creo que de Mae West para describirlos: cuando soy buena soy muy buena, cuando soy mala soy mejor. Así son los Stones.

Aquella tarde en  esa cola estábamos algunos  que la edad nos había permitido vivir al mismo tiempo la música y la cultura que se edificó con guitarras eléctricas desde los años 50  y habia también muchos jóvenes que cantarían horas después todas las canciones, mostrando una vez más, que la calidad no tiene límite en el tiempo. Que los Stones van hacia la perfección de esa increíble fusión musical  que los identifica.  La entrega fue total. De ellos y de nosotros. El dialogo entre dioses y humanos fue armonioso. Allí estuvimos, entre extraños, hablando de todo lo que sabíamos sobre rock. Todo lo que habíamos vivido con la banda sonora de esta música, el rock,  que le dio sentido al siglo XX  y que entró en Bogotá por allá al inicio de los años 60 y que aun hoy  permanece intacta.

La música desplazó cualquier decepción con la organización y pronto olvidamos de donde veníamos y para dónde íbamos. Sabíamos eso sí que cada canción sería la mejor. Uno confía en sus dioses y después de 50 años no sentí ningún tipo de vergüenza al entonar el corito simple de mis you  uuuuu hu hu ju ju ju ju.
 
Delante de mí, una hermosa joven, con un tatuaje de la lengua stoniana en la espalda me hizo pensar en  Angie y que  esta chica  había sido la inspiracion anticipada para  el mismo Jagger y Keith cuando la vieron por alla a inicios de los 70. Debia esa joven bogotna llamarse Angela y bailaba y gritaba con solo veinte años lo que yo gritaba con el mismo entusiasmo hace 50 años. I've been holding out so long,  I've been sleeping all alone, Lord I miss you , I've been hanging on the pone, I've been sleeping all alone, I want to kiss you… 
 
Yo hacía coro en voz baja para no dejar de escucharlos. Susurraba para no romper el encantamiento. Recuerdo hace un largo tiempo y no recuerdo donde, que leí una respuesta de Jagger cuando un periodista, siempre tan inteligente,  le preguntó que en quien pensaba cuando cantaba esa canción, que a quien extrañaba: a todas contesto y ahora que dicen que Jagger ha tenido en sus brazos a cerca de cinco mil mujeres, extrañarlas a todas es justicia libertina.

 La palabra libertino para hablar de estos viejos trovadores es precisa. Habla de aquel que está emparentado con la libertad como cómplice de la vida: En extremo durante la  juventud y con prudencia en la vejes. ¿Acaso envejecen los dioses? No, ellos cantan hasta morir, invitan a vivir, buscan y la verdad que lo logran, contagiar a la gente, a sus fieles, de las ganas de disfrutar la vida con provocaciones como:  You can start me up, You can start me up I'll never stop,I've been running hot,You got me just about to blow my top 

La noche de la rumba stoniana fue larga y de allí se desprende el mito y la imagen libertina de todos los que en algún momento integraron la banda. La muerte de Jones está todavía en la memoria. Su cuerpo flotando en una piscina  es parte de esa historia y también  lo es el mar de especulaciones sobre, si fue asesinato, suicidio o descuido. O las tres. Uno se muere cuando quiere decían en aquella época los que compartieron la famosa frase de: muere pronto así tu cadáver tendrá un buen aspecto. La leyenda dice que tanto Mick como Keith, perdón por la confianza, se hicieron varias veces transfusiones de sangre para erradicar de su cuerpo los rastros de la cocaína consumida. Debió ser sangre de rock- eros la que les pasaron, no se entendería de otra manera esa persistencia, esa calidad máxima de lo que hacen.

Sonó, como esperaba, honky tonk woman y no deje de pensar en aquella mujer con quien tuve sexo por primera vez. No sé exactamente porque vino a la memoria. No lo sé .Estoy seguro que no fue en Menphis. Pero cante con todas las fuerzas del mundo I met a gin soaked, bar-room queen in Memphis, She tried to take me upstairs for a ride. She had to heave me right across her shoulder 'Cause I just can't seem to drink you off my mind. Era una versión un poco más rápida que la original en donde el toque blues es más, como decirlo: puro. Escuchando esto, de nuevo, mientras escribo este texto, siento algo especial: todas las canciones fueron  las mejores. Y todas las que tocaron esa noche era la mejor versión de todas. No sé si me entienden: Los stones, como la primavera, la sangre alteran. Y la alteraron.
Por eso cuando en gesto de amistad, Juanes, se sube a hacerr coro, nos quedamos con la sensación de que estaba en desamparo, tímido intentaba tocar  sin miedo al lado de  Ronnie Wood y Richards, dos inmensos guitarristas que miraban con respeto la imprudencia de alguien que no alcanza a tener la escalera para subir al cielo. Me dio la sensación que los Stones,  le gritaban: tranquilo que tú puedes, pero no pudo. Sé que es difícil pero hubo más de osadía que de talento, algo así como el espontaneo en las plazas de toros.

Hubo mucha gente joven, no éramos como quieren algunos presentar, solo una tercera edad nostálgica. Sangre joven refrescó la noche y brincó, como el joven del lado izquierdo, no paraba y me empujaba como si estuviéramos haciendo pogo aquella forma de combate danza que dicen que inventó, Sid Vicius uno de los papas de punk: un atravesado.  Me empujaba, el joven,  como un desafío, como una invitación a la danza, pero no estaba yo en condiciones físicas de enfrentarme a un gladiador joven que sabía de memoria todas las canciones. ¿Están los Stones en el origen del Punk? No lo sé. Solo es sospecha.

 Las cosas se conectan al azar como la vida misma. Cuando en Londres se empezaban a abrir las tiendas punk en Kings Rd , Chelsea,  yo  estaba allí, por suerte, todavía la gente bailaba Street Fighting Man, El atravesado de Andrés  Caicedo, stoniano prematuro, no el único, pero si alguien que supo meterlos con acierto en la ficción. Otro caleño, Sandro Romero ha sido alfabetizador sobre lo que son los Stones, su vida y milagros. Con ambos compartí ese territorio de Cali, sin saberlo ni ellos, ni yo, caminamos las mismas calles. Pero esa es otra historia.

Cantaroon You can't always get what you want: No siempre puedes conseguir lo que quieres, no podían tocar todas sus canciones. Nos invitaban a entenderlo. Por un rato pensé que tocarían, fool to cry o the spider and the fly o tantas otras pero no sería posible. No podíamos encontrar la satisfacción plena. Así  nos lo había enseñado. Y lo intente pero, acaso como dice la canción, ya no fumamos los mismos cigarrillos.
 
Todos sabemos que el título de este texto es la canción de Dylan, canción que el tiempo no deja morir y que cae al grupo como un anillo al dedo. La versión que de esta canción hacen los Stones es tan buena como la que hace Hendrix. Entre dioses solo existe armonía y más bien, poca compasión sienten por el diablo.

Las canciones que hacen parte de este texto y que pueden ser escuchadas mientras leen son:
https://youtu.be/XG5GOH2CO1k   You can't always get what you want
https://youtu.be/lIvQWcdbeRI   Simpathy for the devil
https://youtu.be/mYJFehjm6hA   Honky Tonk Woman
https://youtu.be/B9gKMPgUA-k  El atravesado AC

lunes, 14 de marzo de 2016

Oasis de Optimismo: para la democracia y el posconflicto en Colombia.


Oasis de Optimismo: para  la democracia y el posconflicto en Colombia.

Otra  vez pensando, aunque  parezca inaudito, que las cosas en este país se pueden cambiar y que algo podría nacer del entusiasmo desinteresado. Mas allá de los espejos mágicos que responden con toda precisión  a la mentira exacta, más allá también de las varitas mágicas y las lámparas de Aladino y por supuesto, distantes de las promesas de los políticos en las carreras al poder, estaría la posibilidad de construir desde una mínima lucidez  colectiva pasarelas que unan en felices bodas la razón y la vida, distanciadas a la fuerza por la idea de los ejércitos como guardaespaldas del poder,  sacrificadas, razon y vida,  en los templos de la comunicación mediática y sus batallas de memes que como una tempestad de basura toxica  cae diariamente creando en todos la sensación equívoca de estar informados. 

Podria afirmar sin ningun temor, que es más importante, o si se prefiere prioritario, pensar el calentamiento comunicativo nacido en la mentira, que aquel  global surgido por ahora en una verdad a medias. No es iluso creer que la lluvia ácida producida en ambos calentamientos esta tan estrechamente relacionadas como el matrimonio indisoluble de ecologia y politica o economia.

Se con alguna certeza que las dicotomias, sobre todo las morales, estan en decadencia o  al menos cuestionadas como fuentes de interpretacion de la realidad.







Ustedes, se podrían preguntar en este instante hacia  donde voy, y mi respuesta no podría ser otra  que: no lo sé, pero no, voy a exponer la idea que sin nombre aun prefiero llamarla:





Oasis de Optimismo: para  la democracia y el postconflicto en Colombia.

La idea es  la constitución de grupos, o la inyeccion a los existentes  lo más alegres posible, que piensen sobre aspectos de la realidad política colombiana, sobre todo aquellos en los cuales el pesimismo ha logrado triunfar y que, desde una reflexión permanente, se avance en el descubrimiento de los nudos, obstáculos, abismos que no permiten ver con claridad las soluciones. Insistiría, en que combinar la acción con la reflexión es algo seductor, pero a la vez pensaría que es necesario avanzar un primer paso en la reflexión para desde allí iniciar el camino. Debemos estar atentos: los políticos  nos están vendiendo el desierto con éxito, hace mucho, por eso no vemos el oasis.

 

Pero como construir esos Oasis de Optimismo? Lo primero seria lograr delinear unos puntos de despegue a manera de interrogantes sobre cosas que angustian, Sobre aspectos de la vida que hacen que estemos de manera permanente situados en el borde del abismo. Al filo de la navaja. Con el agua en la nuca. Con la soga al cuello. Con la lengua a fuera. A punto de. Me salve por un pelo

Situaciones que nos sumergen en filosofías de la vida orientadas por los principios de: menos mal, mejor esto que aquello, sálvese quien pueda. 





Los Oasis de Optimismo serian entonces espacios o territorios o lugares en donde aquellos que quisieran trabajar podrían encontrar no solo una laguna cristalina en el desierto sino también las formas para que esa laguna nos alcance a todos. Nos quite la sed. Sea propiedad colectiva en donde no beba más el que más fuerza tiene. Tampoco el sitio en donde aquel que más vivo es quien  más logra. Tampoco una trampa mortal para aquellos que son distintos.



Pero entonces ¿qué es lo que angustia y para que irían al oasis aquellos que desean hacer parte de esos movimientos múltiples? Algo que alcanzo a entender en nuestras circunstancias actuales es que los oasis, son  necesario construirlos, encontrarlos, pero a la vez, es necesario alimentarlos con las ideas de todos para poder hacer de ellos lugares democráticos. Lugares de vida. Esto es lo que acerca el concepto de democracia a la vida o si se prefiere, a algo así como una bio política nacida de las entrañas de la acción humana. Acción que tiene tanto de pragmática como de hedonista.





 Podría uno pensar que, mas importante que beber del  agua del oasis, seria mantener el agua a punto de desbordarse. Eso es un trabajo colectivo sobre principios amistosos cercanos a la complicidad, a los mutualismos más humanos. Es reconocer que cuando el agua esta a punto de salirse de su cause la gota mas pequeña puede cumplir con esa fatídica misión. Los oasis podrían ser a la vez, causes para los pesimismos más acendrados y contenedores frágiles para los optimismos desbordados. En todo caso sitios en donde los conflictos y las tensiones producidas en los intercambios puedan transformarse en pequeños hilitos de agua que desembocan en el oasis.

En esos sitios que he llamado oasis de optimismo, la política es entendida como aquello que es del interés de todos y todas, y por eso es fácil identificar conductas que empujen al grupo hacia sus intereses individuales. O cazadores furtivos a la espera de que la manada se disperse.


A los oasis se llega a hablar, a conversar, a dialogar. Son sitios de la palabra y a diferencia de lo que muchos piensan de manera equivocada, la acción que más nos ha hecho falta a los colombianos es eso: hablar, dialogar.  Solo haciéndolo podemos aprender a hacerlo. Las transformaciones humanas y las revoluciones deben nacer de la fuente inagotable de las palabras acordadas. Del reconocimiento de que es necesario hablar muchísimo para poder avanzar. Un avance fundamental seria: a) empezar a descubrir la diferencia entre alegar y dialogar b) Entender la diferencia entre llegar a un acuerdo y derrotar al otro. ¿Sería difícil entender que en este caso, la derrota del otro no es un triunfo?

El trabajo de los oasis centraría su esfuerzo en eso: avanzar en las soluciones buscando conocer las razones por las cuales no hemos podido avanzar. Así, aunque parezca sencillo es más complejo de lo que parece.




Desde mi silla diría que unos de los aspectos de la vida diaria que asfixian y que debería ser objeto de reflexión de  uno de los posibles oasis seria El Trabajo. Habría que ver la manera como, a la palabra trabajo, se logra deslindarla de lo que es estrictamente empleo y encontrar o volver a valorar la actividad, el oficio por encima de las profesiones, de los títulos,  o por lo menos en el mismo nivel. No se trata solo o exclusivamente de tener un empleo o un ingreso sino que también se trataría de reconocer que los seres humanos aparte de querer trabajar queremos hacerlo en cosas que nos agradan y además  de querer tener un ingreso quisiéramos disfrutar los que hacemos. 





Debemos edificar entre todos, hombres y mujeres, los espacios democráticos que nos dejen ver con optimismo el futuro político. No podemos dejar nuestras briznas o migas de optimismo en lo políticos de siempre. Nuestras pequeñas ideas optimistas no pueden ser gestionadas electoralmente. Somos ciudadanía activa en la medida que logremos que nuestro optimismo no sea vendido en las campañas electorales.

Nuestras briznas de optimismo nacen de la idea de que del odio no puede nacer otra coa que amargura.

Un principio, creo que chino, que debería ser punto de partida de estos Oasis de Optimismo seria:
“De ti no hables ni bien ni mal, bien porque no te creería y mal porque te creerían inmediatamente”