domingo, 6 de noviembre de 2016

Los miedos del sí y los miedos del no


El Uy Festival que organizamos este año sobre los miedos del sí y del no,  dejó en el aire algunas reflexiones y muchos interrogantes:

Aceptar los resultados de una elección no quiere decir que aceptes las ideas del que triunfa y mucho menos los principios que orientaron ese triunfo. La democracia exige tolerancia con el que te derrota, pero esa democracia  pierde su valor cuando la tolerancia se convierte en sumisión. La pérdida de crítica es perdida de democracia. No se trata de abrazarnos o diluir en el olvido la esencia y razones por las cuales apostabas y  fuiste derrotado. Se trata de que, aquellos que ganaron, no hagan del triunfo, la derrota de todos, incluidos los que no votaron, o sea la inmensa mayoría.

La democracia entendida sólo como el ejercicio del voto no alcanza a mostrar lo que la sociedad desea. El porcentaje altísimo de abstención es muestra de apatía  pero también lo es de falta de conexión entre las ideas de unos líderes preocupados más por su futuro político (todos quieren la presidencia) que por el bien común. Los acuerdos de paz de La Habana no tuvieron el liderazgo que un bien común como la paz exige. El liderazgo del no fue igualmente débil e interesado sólo en su futuro político.

Ahora pareciera que en muchos hay una coincidencia: está abierta la puerta para construir un acuerdo más amplio. Pero el riesgo es el mismo, la misma clase política, los mismos líderes que llevaron, el primer acuerdo al fracaso intentan llevar este acuerdo al éxito. La historia será la que juzgue, pero los riesgos de ese tipo de acuerdos, tipo frente nacional, o algo así, solo será una legitimación de esa elite política, causa y esencia, de la no solución de la guerra.

No existe, alguien lo expresaba como un interrogante, razón alguna para afirmar que los resultados del no, sean causa de la ignorancia de los que votaron así. Diría que tampoco los que votaron al sí, eran firmes y “fervientes” del acuerdo, mucho menos castrochavistas, herejes y demás. Ahora, unos días después, y durante el festival, pude escuchar  que había muchos interrogantes del sí que no habían sido respondidos en los acuerdos. Insistiría que es necesario mirar con más atención a los que no votaron, en ellos está parte de la incertidumbre pero también toda la indignación.

La élite política va a afinar todas las estrategias, sucias y limpias, para lograr que esa inmensa mayoría vaya hacia ellos  en silencio hacia la elección presidencial y van a plantearlo, si es que se firma el acuerdo, en términos tales como: ¿quiere volver a la guerra? ¿Quiere que la paz sea una realidad?  Campañas publicitarias que ya se están diseñando, es posible que sobre otro tipo de mentiras….

Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad de lo que sucedió con el plebiscito también la tienen en las elecciones de todos los presidentes, congresistas y demás fauna política. Es necesario entender de qué manera los medios hablan de neutralidad y garantías a todos. Si garantizar que circule todo tipo de información es democracia, el riesgo de que la democracia colombiana se construya desde  la mentira, la calumnia y la desinformación es gigantesco. Creo que en Colombia hay mejores periodistas que medios. La idea de crear un medio para esos mejores periodistas sigue siendo una urgencia.

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