El Uy Festival que organizamos
este año sobre los miedos del sí y del no,
dejó en el aire algunas reflexiones y muchos interrogantes:
Aceptar los resultados de una elección
no quiere decir que aceptes las ideas del que triunfa y mucho menos los
principios que orientaron ese triunfo. La democracia exige tolerancia con el
que te derrota, pero esa democracia pierde
su valor cuando la tolerancia se convierte en sumisión. La pérdida de crítica
es perdida de democracia. No se trata de abrazarnos o diluir en el olvido la
esencia y razones por las cuales apostabas y fuiste derrotado. Se trata de que, aquellos
que ganaron, no hagan del triunfo, la derrota de todos, incluidos los que no
votaron, o sea la inmensa mayoría.
La democracia entendida sólo como
el ejercicio del voto no alcanza a mostrar lo que la sociedad desea. El porcentaje
altísimo de abstención es muestra de apatía
pero también lo es de falta de conexión entre las ideas de unos líderes preocupados
más por su futuro político (todos quieren la presidencia) que por el bien común.
Los acuerdos de paz de La Habana no tuvieron el liderazgo que un bien común como
la paz exige. El liderazgo del no fue igualmente débil e interesado sólo en su
futuro político.
Ahora pareciera que en muchos hay
una coincidencia: está abierta la puerta para construir un acuerdo más amplio. Pero
el riesgo es el mismo, la misma clase política, los mismos líderes que
llevaron, el primer acuerdo al fracaso intentan llevar este acuerdo al éxito.
La historia será la que juzgue, pero los riesgos de ese tipo de acuerdos, tipo
frente nacional, o algo así, solo será una legitimación de esa elite política, causa
y esencia, de la no solución de la guerra.
No existe, alguien lo expresaba
como un interrogante, razón alguna para afirmar que los resultados del no, sean
causa de la ignorancia de los que votaron así. Diría que tampoco los que
votaron al sí, eran firmes y “fervientes” del acuerdo, mucho menos
castrochavistas, herejes y demás. Ahora, unos días después, y durante el
festival, pude escuchar que había muchos
interrogantes del sí que no habían sido respondidos en los acuerdos. Insistiría
que es necesario mirar con más atención a los que no votaron, en ellos está
parte de la incertidumbre pero también toda la indignación.
La élite política va a afinar
todas las estrategias, sucias y limpias, para lograr que esa inmensa mayoría vaya
hacia ellos en silencio hacia la elección
presidencial y van a plantearlo, si es que se firma el acuerdo, en términos tales
como: ¿quiere volver a la guerra? ¿Quiere que la paz sea una realidad? Campañas publicitarias que ya se están diseñando,
es posible que sobre otro tipo de mentiras….
Los medios de comunicación tienen
una gran responsabilidad de lo que sucedió con el plebiscito también la tienen en
las elecciones de todos los presidentes, congresistas y demás fauna política.
Es necesario entender de qué manera los medios hablan de neutralidad y garantías
a todos. Si garantizar que circule todo tipo de información es democracia, el
riesgo de que la democracia colombiana se construya desde la mentira, la calumnia y la desinformación es
gigantesco. Creo que en Colombia hay mejores periodistas que medios. La idea de
crear un medio para esos mejores periodistas sigue siendo una urgencia.
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