Responder a manera de encuesta sin plantearse la base del
problema puede ser arriesgado. Las encuestas, muchas veces dicen lo que has
elegido, pero no lo que piensas. Así que parto del supuesto de que es mejor
pensar antes de responder. Digamos, solo para simplificar, que entiendo por
pensar y, de qué manera, esto nos ayuda a ser libres, en el sentido de que ser
libre es también pensar por sí mismo. Pensar entonces para este escrito es: ver
desde el pasado como se ha construido el presente, los rastros del ayer en el
hoy (Memoria) buscar la información sobre los aspectos del problema que usted
quiere comprender (Análisis) confrontar los distintos puntos de vista (Crítica)
y lograr un inteligente contexto del asunto para desde allí decidir (Síntesis)
Miremos a manera de ejemplo uno de los problemas que está en
la base del dilema:
En Colombia es histórico el debate sobre la tierra,
propiedad y su uso, en particular sobre: el acceso a la tierra, la
informalidad, la ocupación indebida de baldíos y el uso de la tierra para
cultivos ilícitos: Pero ¿se puede solucionar el problema sin tocar los poderes
legales e ilegales que están comprometidos con el tema? Pero ¿cuáles son esos
poderes que ponen obstáculos a las soluciones porque actúan en contra de las
leyes que pretenden solucionar el problema? ¿Porque actúan en contra del
proceso de paz?
·
Existe un poder político ligado a la tierra que
tiene presencia en las instancias de representación (muchas veces mayoritaria)
desde el Congreso hasta los Consejos Municipales. Todavía existe una relación
entre propiedad de la tierra (mediana y gran propiedad) y la política: un buen número de representantes hacen parte de propietarios, familias de
propietarios o aliados incondicionales de esos grupos. Potentes redes confianza
que defienden, atacando, cualquier solución que debilite el escenario que construyeron,
poco a poco y durante décadas, desde lo local , en donde tierra y política
están atados de manera intensa y no pocas veces con carácter feudal.
·
Muchos de estos grupos están relacionados con la
ilegalidad, coca, marihuana, minería, usurpación de baldíos etc. y han construido escenarios de una alta
complejidad ilegal en donde la presencia del estado ha sido remplazada por una
institucionalidad paralela, latente y explícita, que ve como amenaza cualquier
intento de transitar desde la ilegalidad a la legalidad. Se han establecido
dictaduras locales de todas las tendencias.
·
Las estrategia de estos grupos para lograr su
cometido: bloquear las salidas, van desde los político (eligiendo y haciéndose
elegir) hasta lo jurídico (bloqueando, dilatando o tergiversando el sentido del
cambio) hasta lo económico invirtiendo en campañas electorales, de desprestigio y participando muy activamente
en debates promovidos por los medios y en redes sociales con grupos muy bien
organizados que emite de forma intensa y permanente mensajes en contravía de
las soluciones. Actúan desde lo local donde el miedo es uno de los dispositivos
de control más eficaz. Actúan sobre lo inmediato, atacan cualquier gesto o
acción dirigida a solucionar el problema de la tierra, pensando que, la acción
rápida, es más eficaz que el debate inteligente y democrático. La fuerza de la
minoría amenazante ligada al miedo.
Es muy difícil avanzar en la solución en contextos de
altísima confrontación. Superado el enfrentamiento militar con la guerrilla,
queda el enfrentamiento político, que debería estar ligado a la reflexión y el
pensamiento y desligado de la política electoral, por cuanto la paz es bien
común que no debe ser sometido al alegato electoral. No es igual al debate
electoral por la presidencia en elecciones anteriores, ahora la paz (desmovilización,
entrega de armas, vinculación a la política de los armados, amnistía, y justicia
transicional) ya están logrados. Queda mucho por andar, pero eso es un camino
que debería transitarse sin odio, el riesgo de hacerlo con odio plantea un mundo
oscuro que puede llevar a un conflicto de muy difícil manejo: en términos tecnocráticos
se rompe la gobernanza y el poder se re constituye, en lo local, desde la
delincuencia. De entenderse esto, como la construcción de un futuro en donde,
la disputa por el territorio, en muchos lugares de Colombia será entre: la
ilegalidad y la legalidad; el autoritarismo ilegal y la democracia, entre
actores armados de nuevo/viejo origen y sociedad civil.
Es decir, el dilema planteado no es un dilema moral, de la
forma: bueno o malo. Es un dilema
histórico similar al dilema ecológico del orden: si continuamos explotando los
recursos hasta el agotamiento los que vienen detrás tendrán grandes
dificultades para sobrevivir. Igual pasa con la paz en este momento: sino
alimentamos el posconflicto con acciones honestas, rápidas y eficaces de construcción
de democracia (justicia, equidad, igualdad, derechos humanos, no corrupción) la
transición a un mundo mejor será postergada de nuevo.
¿Pero es posible hacer algo? Sí, pero sólo sí se entiende el problema y cómo este es amenaza para el Bien Común. Es urgente
que toda la ciudadanía, los de un lado y los del otro, estén por encima de los líderes
y defiendan la paz como un bien común.
el marco referencial del problema de construcción de paz me parece imprescindible. Aciertas caracterizandolo como bien común.El dilema en mi modesto pensar, enlaza un hecho trasversal de gran importancia. la cultura de violencia por la que hemos transitado en la linea de tiempo de nuestra historia y si bien los intereses sobre la tenencia de la tierra, es razón causal innegable; la cultura de violencia puede ser el punto de mira para consolidar el proceso de construcción de paz desde lo territorial. Fraternalmente ciro.
ResponderBorrarCiroe agrada y mucho que leas el blog, soy poco amigo de conceptos como cultura de la violencia, pienso que la violencia hace parte de la cultura Y el uso que hacen los distintos poderes no nos hace a todos parte de esa supuesta cultura, creo que el ejercicio del poder conduce al uso de la fuerza para perpetuarse Tienes razon al poner wn duda parte de mi reflexion, se que buscamos puntos de encuentron. Abraxo
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