jueves, 2 de julio de 2015

LA COMUNICACION EN COLOMBIA: RESONANCIA DE LA MENTIRA

Casi en la época de las alquimias múltiples y cuando las magias eran el alma del conocimiento, sacaron a la venta en el mercado de las ilusiones la maquina, el aparato que convertía, como la Ninfa Eco, todo en  repetición. Su invento patentado y por lo tanto nacido con dueño, fue la caja de resonancia. El inventor de aquel artefacto no fue Mercurio, mensajero de los dioses o dios de la comunicación. Tampoco el invento nació con el Ciudadano Cane de la mano de la genialidad de Wells. Aunque casi. los medios son caja de resonancia. 

Ellos, además,  imponen una agenda comunicativa que no solo promueve la polarización como estrategia para lograr mas lectores o la política como espectáculo para vender mas,  sino que también impulsa una imaginario atado a sus propios intereses en donde, la noticia, sea verdad o mentira, juega el papel fundamental y convierte a dueños y periodistas en editores de esa supuesta verdad.

 
La historia de los medios se ha ido repitiendo: los Cano crean la primera de las cajas de resonancia, El Espectador, un poco mas tarde los Santos deciden crear la caja de resonancia mas grande de la historia del país, el Tiempo. Las distintas familias de las regiones no se quieren quedar atrás y surgen, el Colombiano de los Gómez, el País de los Lloreda, el Siglo de los Gómez, la Vanguardia Liberal de los Galvis, La Prensa de la casa Pastrana que fracasa en medio de su generosidad verbal. La revista Alternativa creada por los alternativos de los medios sucumbe en medio de su propuesta social demócrata y la mala administración. La Voz, que pareciera querer recuperar el sentido de la comunicación se embadurnó con el paleo marxismo y quedo reducida como las demás a propaganda.  Para contrarrestar en algo esto, creamos Palabra, un periódico que se pensaba libre pero murió preso de los malos manejos y de los egos gigantescos de un grupo de rolos que buscaban lo de siempre: que su caja fuera de resonancia.

Cargaron así de banderas rojas y azules la comunicación que se llamo de masas y, en adelante,  todos fuimos informados como eso, como masa. No como ciudadanos, como  habitantes de un territorio fuimos empujados por estas empresas a ser sumisos de la información que emanaba desde el poder bicolor,  con el lenguaje que ellos hablaban y que por lo general era lenguaje importado, traducido desde los ideales de una democracia liberal que fue convirtiéndose de la mano de los medios en el imaginario demo populista que orienta esa amalgama pegajosa en la que se transformo la política en Colombia.

Todos ellos, incipiente burguesía, incipiente empresariado, incipiente periodismo, incipiente tecno intelectualidad, ligados a los partidos políticos, habían sentido que el poder sin medios era  un medio poder, o un poder sin voz y emprendieron la carrera de ser la voz de todos. La Historia de los medios impresos en este país esta pegada con la historia de las familias políticas que han gobernado las regiones, la ciudades y la nación o patria como esta dado en llamarla ahora en medio de la vulgaridad emanada de una confrontación política convertida en espectáculo para lograr lo único que a los dos grupos poderosos, que compraron los medios, les interesa: vender, vender, vender y convertir esa venta en un poder inconmensurable para poner y quitar presidentes. Los medios, repito, son resonancia del poder y si el poder miente son resonancia de esa mentira.


Por eso y no por otra cosa la figura de caja de resonancia es perfecta. Ella dice lo que ha sido el manejo de la información. Ella descubre en su exacta dimensión el sentido de la realidad mediática colombiana. Cajas de resonancia de todos los poderes, por ser ellos su origen. Caja de resonancia de los partidos porque en ellos se idearon. Caja de resonancia de los poderes económicos puesto que de ellos emana la publicidad, cuyo monto en presupuesto anual es más o menos 1900 millones de dólares, inmensa  torta a repartir. Y se la reparten entre los canales privados y las revistas de farándula, la prensa de bi-opinion y las cadenas radiales de los grupos; la torta se reparte para volver al lugar de origen, a la burguesía empresarial, antes, y ahora, en medio de todas las fusiones, al sector financiero. El dinero retoma el curso de la especulación de la misma manera que los medios se vuelven especulación informativa.

Pero  además, en este sentido, son  caja de resonancia de las cuatro agencias internacionales que monopolizan la información. Cuatro mega combinados en news (AP, UPI, Reuter y France Presse) y alguna otra mas, o una fusión que es estrategia actual, controlan con sus casi cuarenta millones de palabras diarias el grueso de la información noticiosa que circula por el mundo de acuerdo con Antonio Pasquali estas  concentran la emisión de noticias y son  resonancia del fantasma de la frivolidad y la mentira nacida de la concepción mercantilista de la información y, también resonancia de todo lo que acontece desde el final de la historia cantado por ese mago del best seller que es Fujuyama. Los medios repicaron con ardor el final de la utopía burocratizada de la URSS y desde ese instante ampliaron y expandieron la idea de que lo único posible era el mercado. Que la derecha y el centro eran lo  políticamente correcto. Juegan a eso y por estar detrás del juego del poder y por el poder mismo, !vaya paradoja!, se subió al poder del imperio un enemigo de los medios usando los medios para lograrlo. Lo que está intentando en Colombia otro mago de la manipulación mediática, Uribe.  ¿Será que Venezuela se convertirá en la Rusia de Trump?

Toda esta dinámica sórdida  ha traído cambios profundos en la concepción del periodismo y de los medios escritos. Cerrada la opinión al publico o despojada de sentidos, el debate de lo que acontece se ha visto desplazado; solo queda la información objetiva, la verdad nacida de la información contrastada, el testimonio como pilar de lo que algunos llaman ciencias de la información y las crónicas y reportajes como estilo que delimita con supuesta precisión lo que sucede. pero ese espacio esta siendo ocupado por algo que se convierte en el mayor peligro: la mentira o para ser mas precisos: la verosimilitud de la mentira, que no es otra cosa que: identificar un personaje o un hecho que pueda tener una resonancia mediática en tanto es interés popular, crear una mentira verosímil y cabalgar sobre ella buscando resonancia mediática. Dos cosas se logran, uno:  publicidad sin pagarla, los medios usados que garantizan alcance y dos: creación de la imagen falsa del héroe o mesías que esta dispuesto a todo para salvar el país de las garras del comunismo o de la depravación sexual o de las garras del ateísmo.

Otra cosa  de este escenario mediático es la idea de que la calidad de un medio esta en la veracidad de las fuentes, de la rapidez con la que accedes a ellas, de la velocidad con que trasmites, de la actualidad y de cómo la muestras, dejando de lado cada vez mas el análisis y la critica. La velocidad le ha ganado espacio a la veracidad y la veracidad perdió la batalla ante la verosimilitud de la mentira. Es necesario crear una mentira creíble y hacer que los seguidores en las redes la defiendan como si fuese verdad. Los medios corren detrás del que miente por cuanto, lo que ha dicho, logró ser noticia.

 Los medios en Colombia son medios creadores de imaginarios ajenos a la vida misma,  incrustados en las formas de pensar de periodistas y columnistas casi todos ubicados en lo políticamente correcto que es lo que aceptan los propietarios de los mismos. La isla de algunas columnas criticas solo muestra la estrategia de los dueños para vender la otra ilusión que esta en la base del negocio: la libertad de prensa. Uribe es una creación de los medios y él ha logrado que, aun estando fuera del poder, y mintiendo sea buscado como fuente de información. Tiene algo de tragicomedia: el personaje creado debe ser vendido como un dulce amargo en un escenario de la mano de un concepto que nadie sabe que es pero les sirve, es útil para crear esa verosimilitud de la mentira: La posverdad.

La cosa mediática es caja de resonancia de intereses privados y así  también caja de resonancia de los intereses del político de turno,  así  son también esos canales de lo que aquí llamamos medios públicos. Los usó Uribe hasta la saciedad, los usa Santos y también Petro. La lucha por el poder es también una lucha por la comunicación, por los espacios mediáticos en donde el poder se juega su propia imagen o donde la recrea de forma engañosa y permanente para no perderla. El desgaste del poder aumenta o disminuye de mano de los medios. También de las encuestas que se han convertido en algo así como la  verdad a medias pero técnicamente elaborada y con una pretenciosidad científica realmente absurda soportada en una ficha técnica que produce risa.

Un escenario al que ha sido traslado todo esta forma de comunicar es la Red, ella se ha convertido en el espacio de la ciberpolitica produciendo ella misma una ficción: la interacción con twitt o un post o un meme, crea cercanía con el que lo emite. El que lo emite intenta, aun con maniobras en la oscuridad, ampliar el número de seguidores, es decir de posibles votantes. La lucha por ocupar el espacio internetiano es igual: sucia, con mentiras verosímiles de contrastar pero que pueden ser fácilmente aclaradas con otro mensaje mentiroso. La velocidad con la que desaparece la mentira es mayor que la velocidad con la que fue creada. La manipulación aquí se convierte en la esencia de la comunicación. Miento luego existo.

En muy poco tiempo la ciberpolitica ocupa el espacio real, convirtiéndose ella misma en lo real, de  poco mas de 400.000 usuarios de la red en Colombia en el 2004 se ha pasado a 18 millones. Ese mundo de la red esta siendo ocupado por los mismos políticos decadentes que conforman la política colombiana. A un político con menos de 100.000 seguidores en su twitt  o face,  le puede suceder lo mismo que a un periodista o un cantante sin seguidores en la red: no es visible y por lo tanto no será elegido. Todos los políticos morirían por tener los likes o me gusta, en you  tube, que tiene, por ejemplo, waka waka, de Shakira 1300 millones, pero para fortuna de todos,  no será si en mucho tiempo.

Hacer resistencia lingüística antes que una falacia es una obligación comunicativa. No se trata de crear medios alternativos, los hay a montones. Se trata de dar pasos hacia esa resistencia lingüística que nos permita la libertad.

2 comentarios:

  1. Las empresas de la comunicación se han convertido en un poder fáctico que asesina políticamente a líderes progresistas y enaltece a aquellos que conviene a sus bastardos intereses.

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